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lunes, 10 de diciembre de 2012

REFLEXIONES SOBRE UN ENTORNO


Azucena Carbajosa es una antigua alumna de este instituto que, después de estudiar en Salamanca, está acabando sus estudios de Bellas Artes en Cuenca. Este hecho supone mantener la continuidad de nuestra labor docente, acentuando, una vez más, el carácter específico de nuestro centro. Ahora que parece ser que se nos van a exigir especificidades para justificar nuestra tarea cotidiana y quién sabe si hasta nuestro puesto de trabajo, aquí tenemos una de las muy variadas que ofrece el Instituto Delicias.
Es destacable la propia temática de la muestra que tras su aspecto minimalista y de arte povera esconde un auténtico alegato contra las políticas comunitarias, nacionales y regionales que se vienen desarrollando contra nuestros pueblos y contra la naturaleza humanizada que es la única naturaleza posible.
Una exposición que, en sus imágenes, no oculta el desánimo que nos hacen recordar aquellos versos de Quevedo:
… los muros de la patria mía, si un tiempo fuertes, ya desmoronados,/ de la carrera de la edad cansados, (…) /Entré en mi casa, ví que amancillada de anciana habitación era despojos; (…)/ y no hallé cosa en que poner los ojos que no fuese recuerdo de la muerte.
Pero no sólo de melancolía se trata. También hay un espíritu que no se resigna, que considera que, de una u otra forma todavía es posible un cambio y una esperanza.
Ya no serán los viejos aperos que suponían un alivio en las duras faenas agrícolas; tendrán que ser otras políticas imaginativas que no se basen ni en el despilfarro, ni en las subvenciones ni en los recortes, tendrá que ser una actividad pública orientada a dar soluciones a los problemas de las personas y no a los de las instituciones.
Y está bien que lo recordemos ahora, aquí, en las dependencias de un centro público cuando se está orillando de forma sistemática ese concepto de lo público que justifica hasta la misma acción de quienes se muestran totalmente hostiles a ello.
El arte, compañeros, amigos, aunque sea en forma apresurada como si de un panfleto se tratase, también sirve para esto.
Quiero animar a Azucena, a quien aún le queda un arduo camino en su empeño titánico, a que persista en su ideal y que cuando lo haga, recuerde las palabras de Luis López Álvarez recogidas en su Castilla: Canto de esperanza que todos, cuando éramos jóvenes y todavía no nos habían arrancado de cuajo la ilusión cantamos a voz en grito:
Quien sabe si las cigüeñas han de volver por San Blas, / si las heladas de marzo los brotes se han de llevar. /Si las llamas comuneras otra vez crepitarán, / cuanto más vieja es la yesca más fácil se prenderá. / Cuanto más vieja la yesca y más duro el pedernal, /si los pinares ardieron aún nos queda el encinar.
Muchas gracias por vuestra compañía.

Arturo Caballero Bastardo

lunes, 26 de noviembre de 2012

jueves, 20 de septiembre de 2012

domingo, 6 de mayo de 2012

domingo, 29 de abril de 2012

PRÓXIMA EXPOSICIÓN


Inauguración: Viernes 4 de mayo a las 19h.

ARS MAGISTRA VITAE


El grupo ALÉN intentó, a principios de los noventa, vivificar la práctica artística castellana en unas fechas en las que se consolidaba la Posmodernidad que tenía como una de sus metas la consagración de la libertad absoluta de los artistas a la hora de afrontar el proceso creativo sin que existiesen normas, ni formales o ni conceptuales, que pudiesen limitar este principio. Tres de sus componentes eran Carlos Sanz Aldea, Ignacio Caballo Trébol e Isabel Rubio. El grupo no poseía una doctrina común en la que refugiar sus propuestas plásticas y por ello sus obras no podían ser más disímiles. Aún hoy lo siguen siendo aunque subyacen en ellas matices surrealistas que no se imponen a la obra en general pero que establece puentes entre ellas.

Carlos Sanz Aldea (Soria, 1960) siempre ha resultado de difícil conceptualización como artista. Preocupado por la inserción de extravagantes figuras en paisajes que unas veces resultan idílicos y otras alucinantes, manifiesta en todo su amplio repertorio de trabajos (pintura, escultura, fotografía e instalaciones) una necesidad vital de romper con los moldes de los géneros y de los convencionalismos al uso. En lo más profundo de su ser es un artista “natural” y no deja de alucinar con las perversiones propias de nuestra sociedad, que acepta pero que le extrañan y a las que se acerca como si se tratase de un sociólogo de la interacción hombre-entorno. Ha intervenido, siempre que ha existido ocasión, en el campo, acercándose al land art, y en espacios urbanos en una moderna actitud que podríamos considerar “artivista” a la búsqueda del choque visual que generase una poesía de raíz surreal que tras su aparente brutalidad esconde una profunda comprensión y una simpatía por lo humano que lo acercan a propuestas de nuestro arte barroco a lo que se presta de forma admirable su gusto por las técnicas mixtas.

Ignacio Caballo Trébol (Guardo, Palencia, 1965) es, en cierta medida, la antítesis del anterior aunque también puede hallarse un cierto punto surrealista en el gusto por el objeto encontrado al que el artista otorga, por medio de su voluntad, una existencia propia y diferente a la materia de la que parte. Realizadas casi con una técnica de orfebre a partir de elementos nimios como ramitas, alambres o muelles, sus realizaciones ejemplifican la insoportable levedad del ser, su contingencia absoluta, como si se tratasen de auténticos milagros de la existencia; una existencia expuesta, como decía Montaigne, a perecer bajo cualquier tormenta pero que, a diferencia de los recios árboles, en el caso de perecer será consciente de por qué lo hace mientras que los árboles no saben nada. Sus seres extraños e impersonales, cualquier hombre, todos los hombres, no son seres felices ni siquiera cuando ejecutan extrañas danzas, son seres encarcelados por la materia, natural o social, a la espera de la redención que les otorga, como si de un dios ateo se tratase, el creador e incluso el espectador que con curiosidad se acerque a ellos.

Isabel Rubio (Salamanca, 1966) completa, desde un punto de vista muy diferente, las propuestas anteriores. Sus delicadísimas pinturas nos hablan de mundos propios de la memoria y de la fantasía; de vibraciones coloristas que se alejan del paisaje que les sirve de inspiración y que se convierten en el decorado de un alegre sueño. El recurso a una doble técnica, la de aplicación de la pintura con el pincel y la del estarcido directamente sobre el soporte (habitualmente el poliéster o el lienzo), contribuye a crear una cierta sensación de desasosiego e introduce un punto de complejidad a sus engañosamente sencillas composiciones. Si mencionábamos que los tres, de algún modo, beben en fuentes del surrealismo, en el caso de Isabel es el automatismo el que enseñorea sus superficies. Para quien no esté versado en el asunto, automatismo puede ser sinónimo de casualidad. Peor para él. Nosotros sabemos que no todo el mundo puede ser “medium” y que las formas se manifiestan a quien está preparado para ello y sólo alcanza su íntima significación –como decía Miguel Ángel- cuando la mano sigue al intelecto.

Pero Carlos, Ignacio e Isabel tienen todavía algo que explica por qué muestran aquí y ahora su obra. Uno de los aspectos más interesantes, a mi entender, de la posmodernidad era su reivindicación de la labor docente (pensemos en el rechazo que mostraron las vanguardias por la “escuela”, por cualquier tipo de escuela) no sólo como una forma legítima de ganarse la vida (que parece eso extraño tratándose de un artista del que podemos exigir hasta su pobreza absoluta y al que podemos pagarle con nuestra incomprensión, que el ARTE ya reconocerá a los suyos) sino como una consecuencia inherente a un proceso laboral especializado dentro de un contexto social.

Estos artistas hacen manifiesto el proceso creativo y lo prolongan –sin dogmatismos- en su práctica cotidiana en el aula al mismo tiempo que se liberan de la dictadura del mercado y de sus modas. Quizá el trabajo diario –nulla dies sine linea- sea el pago que deban realizar para plasmar aquello que les viene en gana.

Desde la sala de exposiciones del GaBe del Instituto Delicias, para quienes hemos dedicado nuestra vida a la docencia, la actitud de estos pintores no resta valor a su arte sino todo lo contrario. Aúnan de forma admirable –y negando con la calidad de sus obras el proverbio inglés de que “quien no sabe hacer una cosa la enseña”- la capacidad teórica con la práctica en una actitud habitual desde el comienzo del trabajo artístico y que fue cuestionada por el Romanticismo en su búsqueda de un arte puro (si es que puede existir tal cosa) sin darse cuenta de que, en última instancia, el arte no puede ser ajeno a la vida y de que la pureza conduce, necesariamente, a la esterilidad.

Afortunadamente hoy preferimos el mestizaje y hemos abandonado planteamientos doctrinarios, de tal forma que estamos en condiciones de disfrutar con tolerancia y agrado estas indagaciones formales (puesto que en ellas hay mucho de teoría y de praxis) que nos muestran aquí en su faceta de creadores absolutos, pero en minúsculas, sin apenas darse importancia, haciendo realidad de forma callada el lema de esta exposición: Ars magistra vitae, tal como han hecho durante años y años con los cientos de alumnos a los que han ayudado a contemplar la vida de una forma más lúdica, más creativa, con mayor expresividad o lo que es lo mismo: más bella.

Arturo Caballero Bastardo

martes, 3 de abril de 2012

PRÓXIMA EXPOSICIÓN

INAUGURACIÓN: LUNES 16 DE ABRIL, 12 HORAS

 
“La pintora Valle Clarós tiene una serie de cuadros muy especiales, llamada Anatomía de Piel. Con fondos negros y puntos de vista fotográficos, centrados en partes del cuerpo muy concretas y alejadas de la representación humana habitual, esta artista catalana que reside en Valladolid ha logrado dar una vuelta de tuerca al estilo figurativo, dotándole de un aura muy personal e inconfundible. Valle es una persona cercana, positiva y en la cual, destaca por encima de todo una humildad que no es habitual en los artistas.  Sus comienzos en la pintura son muy recientes, pero actualmente recupera el tiempo perdido desarrollando su arte con toda su pasión y participando continuamente en exposiciones y certámenes de prestigio.”
Marta Sánchez Galindez


"Hace años asistí al nacimiento de una artista que apuntaba la diferencia que existía entre lo efímero, lo duradero, lo inalterable y lo eterno...Valle Clarós
Pintora personal en la temática, en la técnica, en la composición. Minimalismo lleno de fuerza, muy pocos colores y un gran cromatismo para una gran iluminación. Las obras de arte han tenido como denominador común, llegar a la belleza por los caminos creativos de la sencillez, de lo esencial, esta es la obra de Valle, una obra que te invita a ser mirada que te atrapa para que disfrutes del cuadro."
José Luís Rodríguez Posadas

sábado, 17 de marzo de 2012

jueves, 15 de marzo de 2012

BICENTENARIO DE LA CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ 1812-2012


Después de casi cuarenta años de democracia, resulta difícil valorar en su justo término lo que supuso la obra emprendida por los representantes del pueblo español que asumieron, hace ahora dos siglos, el reto de plasmar legalmente el paso de súbditos a ciudadanos. 
Con la presente exposición pretendemos contextualizar cómo, cuándo y por qué surge la Constitución de 1812 al mismo tiempo que analizamos la oposición con la que es recibida por los grupos privilegiados y por ciertos sectores retardatarios de la sociedad española de comienzos del siglo XIX.
La Historia es posible que no sea maestra de la vida pero su conocimiento ayuda, al menos, a valorar la realidad en la que actualmente nos encontramos en un momento en el que nuestra máxima ley puede ser cuestionada, precisamente, porque nos hemos habituado a su uso.

domingo, 11 de marzo de 2012

PRÓXIMA EXPOSICIÓN


El Martes 20 de febrero está prevista la inauguración de la muestra didáctica  Bicentenario de la Constitución de Cádiz 1812-2012 organizada por el Departamento de Ciencias Sociales en la que se contextualiza este documento legal básico en el tránsito de súbditos a ciudadanos para todos los españoles.

sábado, 25 de febrero de 2012

SAN VALENTÍN Y EL CANIBALISMO


SAN VALENTÍN Y EL CANIBALISMO



CARMEN PALENZUELA
San Valentín y el canibalismo

La exposición que presenta el GaBe ofrece, además del estímulo visual que se supone en una muestra de artes plásticas, un alto contenido teórico propio de la sociedad poshistórica en la que nos hemos instalado.
Carmen Palenzuela es una profesional de la pintura y de la docencia y se ha manifestado en esta instalación como una meticulosa y sensible artista que domina tanto el trabajo manual sobre lienzo y tabla como la impresión digital.
La aparición del amor cortés, la capa sagrada con la que se cubre bajo la advocación de san Valentín, la contaminación por parte de la tradición clásica y su vinculación con Cupido a partir del Renacimiento y, a través de ella y de sus flechas, su relación con la figura de san Sebastián son los elementos icónicos de los que parte Carmen Palenzuela para plantearnos cómo el amor termina siendo devorado por la cotidianeidad.
Un amor que se abrasa en el horno o en la tostadora o se congela en la nevera; que desaparece en las cloacas cuando tiramos de la cadena; que convertimos en diana de nuestras propias frustraciones; que despiezamos despiadadamente cosificando cada una de las partes de un todo al que somos incapaces de considerar como una entidad con vida autónoma tal y como lo somos nosotros mismos. Un amor al que amarramos con los infinitos chantajes de la convivencia convirtiéndolo en un mero objeto de sádica satisfacción, real en este caso, para nuestro uso exclusivo.
¿Y dónde queda, entonces, “el otro”?
Al otro no tenemos ningún problema en vejarlo cubriendo nuestro egoísmo y nuestra violencia bajo la excusa del propio amor. Y eso, como pone de manifiesto sutilmente esta exposición a través de la figura andrógina que protagoniza la muestra, no es un simple problema de género.

Arturo Caballero Bastardo

lunes, 20 de febrero de 2012

SAN VALENTÍN Y EL CANIBALISMO

El Viernes 24 de febrero se inaugura la nueva exposición del Gabe:

San Valentín y el canibalismo

de

Carmen Palenzuela